miércoles, 4 de noviembre de 2015

Diario de Don Juan.

DIARIO DE DON JUAN

Lunes 18 de julio 1631

Hoy podría ser uno de los mejores días de mi vida ya que he visto a la mujer más hermosa que jamás he visto en toda mi vida ya sea por su físico como por su manera de ser. 
Sus ojos resplandecen como la luz del amanecer, con un color verde esmeralda, su cabello es tan largo que cae a cascadas sobre los hombros y su color es marrón. Tiene una sonrisa de corazón con unos dientes como perlas y unos labios rojizos. Todavía no conozco su nombre pero creo que estoy enamorado. 

Martes 19 de julio de 1631

Esta mañana me he despertado muy animado, me he puesto los mejores ropajes que tenía y he visto que la muchacha salía a su casa en dirección al pozo a llenar agua, pensé que esta podría ser una de mis mejores oportunidades para conocerla ya que no la acompañaba nadie. Cuando ya se encontraba en el pozo di unos cuantos pasos acercándome hacia ella pero de repente me interrumpieron unos pasos que se acercaban hacia ella, me escondí en unos arbustos que había a un lado y por lo parecer era su hermano. 
Me quedé con las ganas de conocerla pero no voy a dar por vencido.

Miércoles 20 de julio de 1631

Al atardecer decidí salir a tomar un poco el aire ya que me sentía agobiado y por casualidad topé con la bella muchacha a la que todavía no conocía, la seguí cuidadosamente para ver hacia donde iba y para intentar conocerla en lugar en el que no nos pudiese ver nadie. 
La muchacha iba cantando una dulce melodía hasta que se paró en un cerezo, al parecer iba a recoger cerezas y por desgracia pisé una rama hasta hacerla crujir, la muchacha me oyó y se asustó, gracias a Dios que no gritó. La dije que no la iba ha hacer daño y que solo quería conocerte, así que la pregunté como se llamaba y ella me respondió que se llamaba Helena y no me dijo más. Se fue como si tuviese prisa. Y ahora estoy pensando que será de mañana.

Jueves 21 de julio de 1631

Por la mañana me dirigí hacia la casa de Helena, la llamé por la ventana y me dijo que me callase porque su hermano estaba en casa, silenciosa salió para ver lo que quería y yo la dije que te quería a ti y que si no me acompañase a dar un paseo iba a gritar su nombre en alto, Helena asustada me acompañó y me preguntó lo que quería y yo la respondí que desde el momento en el que te vi no paro de pensar en ti, ella me respondió que en el momento en el que me vio ayer sabía que no la iba a dejar en paz, y proseguimos así hablando hasta la hora de comer, en le que me dijo que ya se tenía que marchar ya que su hermano y su madre estarían preocupados.
La dije que mañana sería un día precioso en el que nos volveríamos a ver.

Viernes 22 de julio de 1631

Por el atardecer salimos Helena y yo de paseo, Helena llevaba una cesta que en realidad no sabía lo que llevaba hasta que paramos en un campo verde lleno de hermosas y dulces aromas de las flores donde Helena puso un mantel de cuadros y sacó un tarro de mantequilla y otro de mermelada y empezó a untarlo en el pan. Me dio el trozo de pan pero lo dejé y la dije que yo lo único que quería era acariciar ese hermoso pelo que era llevado por el viento, Helena se conmovió al escuchar estas palabras y me besó en el momento, sin entender se fue y me dejó.



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